La planificación y la organización son una de las funciones ejecutivas fundamentales para llevar a cabo cualquier tarea. Nos sería imposible, por ejemplo, prepararnos el café en las mañanas, vestirnos o llegar a tiempo a cualquier cita.
Nuestra cotidianidad está llena de pequeñas planificaciones que vamos haciendo de forma casi automática. Por ejemplo: “mañana voy a poner la alarma a las 6:00 am para poder hacer el desayuno antes de llevar al niño al colegio“. La planificación y organización es elemental para nuestro buen funcionamiento y adaptación en nuestra vida diaria.

¿Qué es y para qué sirve?
La planificación y la organización es la habilidad cognitiva que implica poder anticipar acciones, para alcanzar objetivos o metas. Este hecho implica pensar en nuestro futuro, ya sea inmediato, o un poco más lejano para establecer metas u objetivos. De tal manera que podamos organizar un plan decidiendo el orden y la prioridad de las acciones para conseguirlo.
Por tanto, la planificación nos permite anticipar el futuro y proponernos metas y objetivos concretos que deseemos lograr. La organización es la capacidad que nos va a permitir darle sentido y orden al plan o secuencia de acciones a realizar para llevar a cabo la meta.
De modo que la planificación y la organización se complementan. De igual forma, el organizar, permite que las metas planeadas se puedan lograr en un periodo de tiempo determinado. La organización es fundamental para que la persona pueda optimizar su tiempo y los resultados.
Asimismo, hay que tener en cuenta que la planificación y la organización dependen del funcionamiento correcto de otras funciones ejecutivas. Os pongo un ejemplo, necesitamos que nuestra memoria de trabajo para recordar tanto el objetivo como la secuencia de pasos a seguir. Necesitamos la flexibilidad cognitiva para poder cambiar o alternar el plan o estrategia en caso de que sea necesario. Es fundamental el control inhibitorio para no desviar nuestra atención de lo que debemos hacer. De modo que, la planificación y organización es una de las funciones ejecutivas más complejas y de un alto funcionamiento.
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Ejemplos de planificación y organización
Como hemos mencionado anteriormente, planear y organizar son habilidades cognitivas que utilizamos en nuestra vida cotidiana con bastante frecuencia. Estas habilidades son necesarias tanto para planear las acciones más sencillas e inmediatas, como las metas y objetivos más complicados y a largo plazo.
Cuando elaboramos una lista de mercado, planeamos unas vacaciones en familia, elaboramos un nuevo proyecto, u organizamos una fiesta de cumpleaños utilizamos nuestra capacidad para planear y organizar.
Por ejemplo, cuando planeamos un fiesta de cumpleaños, primero, pensamos en la idea, es decir, celebrar una divertida fiesta de cumpleaños. A partir de ahí, empezamos a pensar las acciones que tenemos que ejecutar para poder lograr tener todo listo para el día señalado.
Dentro de estas acciones es probable que asignemos prioridades a algunas tareas sobre otras. Después asignamos recursos a cada acción. Siempre tenemos en cuenta que tiene que estar dentro de un límite de tiempo establecido. Pues tenemos que tener tiempo de preparar todo lo necesario antes de la fecha del cumpleaños
Etapas de desarrollo de esta función ejecutiva
Al igual que la mayoría de las funciones ejecutivas, la planificación y organización se van desarrollando a medida que el cerebro del niño va madurando. Diversos estudios sustentan que alrededor de los tres años de edad los niños son capaces de entender, aunque sea forma intuitiva, la naturaleza de un plan sencillo. Además, los niños a esta edad pueden ser capaces de verbalizar propuestas familiares basadas en planes sencillos.

De igual manera, los niños de tres años son capaces de solucionar algunos problemas, al igual que pueden elaborar estrategias para prevenir problemas futuros. Los niños a esta edad aunque son capaces de planificar y organizar, sólo logran hacerlo de forma muy rudimentaria. No son tan exactos para planificar como un niño que ya ha superado la etapa de los seis años. A partir de esta edad tienden a ser mucho más eficaces.
Los estudios que se han realizado con niños, sostienen que alrededor de los 5 y 8 años de edad es en donde ocurre el período de mayor desarrollo en planificación. De igual forma, se cree que alrededor de los 9 hasta los 13 años esta habilidad alcanza el punto máximo de evolución, teniendo a estabilizarse hasta la adultez.
Sin embargo, hoy en día se sabe que estas habilidades se pueden seguir entrenando o desarrollando. Debemos aprender cómo hacerlo a través de diversas estrategias y ejercicios que permitan estimular estas funciones ejecutivas.
¿Cómo se mide la planificación y organización?
Cuando se sospecha que existe alguna falla en las funciones ejecutivas tienden a realizarse evaluaciones neuropsicológicas para obtener un perfil cognitivo del niño/a. De esta manera sabremos con mayor profundidad qué áreas o funciones específicas se están viendo afectadas. En función de estos hallazgos se pueda realizar una intervención que pueda favorecer el desarrollo y evolución pleno de las personas en su vida.
En este tipo de casos, es probable que dentro de la evaluación neuropsicológica se incluyan pruebas que permitan evaluar la habilidades del paciente para planificar, organizarse, y resolver problemas, como lo es el caso de La Torre de Hanoi o El Mapa de Zoo, ya que para que la persona pueda resolver el problema propuesto necesita prever y anticipar acciones futuras, al igual que resolver de modo cognitivo el dilema antes de ejecutar sus acciones.

La Torre de Hanoi presenta unos discos de diversos tamaños y tres varillas en donde se ensartan estos discos. El objetivo principal es conseguir copiar una figura dada siguiendo unas reglas que se deben cumplir como parte de la resolución del problema. Una de las normas básicas y que además, le añade grado de dificultad a la prueba es que la persona tiene que completar la meta utilizando el menor número de movimientos posibles, con el menor número de fallos o errores posibles.

Otra prueba muy utilizada para evaluar la planificación y la organización es el “Mapa del zoo“. Es una subprueba que se halla incluido en la Behavioral Assessment of Dysexecutive Syndrome (BADS) de Alderman et al. La persona debe organizar una ruta por un zoológico visitando seis localizaciones de 12 posibles. Se realiza en dos oportunidades. En la primera se realiza la visita de forma libre, sin plantear ninguna norma. En la siguiente oportunidad se le plantean una serie de normas que debe cumplir al realizar la visita.
La diferencia principal entre las dos pruebas es que en la tarea del zoo las instrucciones vienen dadas escritas y se puede consultar; mientras que en la tarea de la torre de Hanoi, la persona debe recordar las instrucciones durante la realización de la misma.
Trastornos en los que se va afectado la planificación y organización
Los niños que presentan problemas para planificarse y organizarse tienden a tener dificultades para resolver problemas. Ya sean los que se presentan en la vida cotidiana como a nivel académico. Presentan dificultades para seguir instrucciones, al igual que es probable que se les dificulte plantearse metas y poder ejecutar un plan de acción. Asimismo, pueden presentar problemas a la hora de establecer prioridades y tomar decisiones, o que les cueste calcular de forma correcta el tiempo que van a tardar en ejecutar ciertas acciones.
Cuando se presentan estas dificultades la persona puede tener conductas que resultan poco funcionales, y no les permite adaptarse en los diferentes contextos.
Los trastornos más conocidos donde se han observado fallas en la capacidad de organización y planificación se refieren al Déficit de Atención por Hiperactividad (TDAH), el Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC), Trastornos del Espectro Autista (TEA), Trastornos del Aprendizaje como la Discalculia o la Dislexia. También en trastornos de tipo psiquiátrico como la Esquizofrenia. Además tienden a verse afectadas otras funciones ejecutivas como la memoria de trabajo, control inhibitorio y flexibilidad cognitiva.
Por otra parte, también se conoce el Síndrome Disejecutivo. Las personas tienden a presentar comportamientos desorganizados, dificultad para plantearse metas, elaborar planes, e iniciar y finalizar conductas dirigidas hacia un objetivo particular. En este síndrome también suele observarse conductas perseverantes y rigidez cognitiva.

En casos de lesiones o traumatismos craneoencefálicos que afecten la corteza prefrontal pueden verse afectadas negativamente la capacidad para planear y organizar. Recordemos que es en ese área cerebral donde se ubican las funciones ejecutivas.
¿Cómo puedo mejorar la planificación y organización?
La habilidad para planificarse y organizarse de forma eficiente puede mejorarse utilizando diversos recursos que nos permitan cumplir nuestras metas de manera más sistemática.
El uso de listas y calendarios, al igual que el de agendas resultan grandes aliados a la hora de planificarnos eficientemente. De igual manera, diversos estudios sostienen que dividir una meta grande en pequeñas submetas ayuda a mantenernos motivados, pero también a planificarnos mejor.

Al dividir una meta grande en pequeñas metas, evitamos saltarnos pasos necesario para lograr nuestro objetivo. Además, nos facilita cumplir con todo lo requerido en los tiempos propuestos. Asimismo, al dividir en pequeñas metas un objetivo más grande, éste tiende a hacerse más manejable. Además, tiene la ventaja de que al sistematizar lo que debemos hacer, podemos delegar funciones a otras personas. Y, así gestionar mejor o más eficientemente nuestros tiempos y recursos.
De igual manera, la utilización de listas por orden de prioridad de acuerdo a su importancia o fecha cercana también ayuda a planificarse y organizarse de forma más eficiente. Además de que funcionan como recordatorios para que no olvidemos nada.
Anotar en un calendario las fechas, eventos, proyectos y contemplar esto de manera global, también nos ayuda a organizarnos de mejor manera. Asimismo, utilizar un color para diferenciar el tipo de evento es otra estrategia que nos puede ayudar para dar prioridad o recordar actividades y tareas.

Los calendarios también se pueden utilizar para estimar de una manera visual el tiempo que nos queda para ir a un evento o calcular el tiempo del que disponemos para llevar a cabo una o varias tareas. Esto nos permite anticiparnos o prever lo que podría suceder si algo falla, o si tenemos que buscar algunas alternativas.
Todos estos recursos ayudan a mejorar nuestros resultados, y nuestra productividad tanto en nuestra área laboral como en nuestro día a día. Asimismo, un elemento importante más allá de planificación y organización es la disciplina y motivación que tenemos que tener para poder llevar a cabo nuestras metas propuestas.
Otra estrategia que podemos utilizar con nuestros pequeños para estimular la capacidad de planear y organizarse, es crear listas con secuencias de pasos para realizar una tarea. Ellos irán tachando o marcando como realizada cada paso a seguir. Tambien, les podemos pedir que ordenen una secuencia de pasos previamente dados para obtener la secuencia correcta. Por ejemplo, escribir la lista de pasos para preparar la mochila del colegio, o la secuencia de ir al baño o de vestirse, etc.